La película comienza en la
sala del colegio St. Patrick, un colegio de clase alta, al cual llegan niños de
clases inferiores que no tienen como pagar una buena educación. Es en esta sala
donde se comienza a entretejer una amistad entre dos personas totalmente
opuestas: Gonzalo Infante y Pedro Machuca, quienes a lo largo de la historia
compartirán historias y anécdotas oscilando entre los mundos de cada personaje.
Es así como vemos, más adelante, a Gonzalo vendiendo banderas en las distintas
marchas políticas, ayudando a Machuca. Y al revés, vemos a Pedro inmiscuido en
la fiesta de la hermana de Gonzalo, ayudándolo también.
Con respecto a la familia
Infante, cabe señalar que era una familia de tendencias derechistas y que la
madre engañaba a su esposo con otro hombre, situación que Gonzalo vivía día a
día.
En una de las visitas a la
población en donde vivía Machuca, Gonzalo conoce a Silvana, quienes tienen una
especie de aventura amorosa a orillas del Mapocho. Ya casi al finalizar la
película se muestran crudas imágenes de lo que fue el golpe de estado, mostrando
también el allanamiento a la población de Pedro, en el que los militares
asesinan a Silvana, por defender a su padre. La historia termina con los amigos
peleados y mostrándonos a Gonzalo y a su madre viviendo con su amante.
Esta película contiene una
gran crítica social. Nos muestra como los personajes son atravesados por la
cultura, por su condición social. Ellos, más allá de su individualidad, actúan
como ser colectivo en los momentos críticos de su vida, también nos entrega una
visión de la identidad personal y como esta se va formando en los personajes a
medida que se desarrolla la película.
“En
la infancia la actitud de nuestros padres y/o de los adultos significativos que
nos rodean, juega un papel muy importante en cómo nos percibimos a nosotros
mismos “(Profesor José Adán Olmos Espinosa). De este modo podemos
apreciar que ambos niños son totalmente diferentes ya que viven realidades opuestas y esto hace
que se vean a si mismos y al mundo de distinta manera. Mientras Pedro Machuca
vivía en una población marginal, su amigo lo hacia en una casa acomodada, sus
entornos eran diferentes por lo cual su forma de expresarse era distinta. Pero
que Gonzalo viviera en una clase acomodada no necesariamente significa que era
mas feliz que Pedro, la felicidad no
necesariamente se consigue teniendo dinero, ya que en la película por ejemplo
se nos muestra las distintas situaciones penosas y amargas que tenia que
enfrentar Gonzalo Infante, viviendo por ejemplo la hipocresía e ignorancia de
su madre, desde mi punto de vista, no es tanto por el engaño conyugal hacia el
padre, sino por la situación en la que coloca a pequeño, a quién hacía cómplice
de sus encuentros clandestinos con su amante, dándole obsequios a cambio. De esta manera
puedo afirmar que la madre en
este caso no es un buen ejemplo para su hijo, algo contrario a lo que quizás
pensaba la gente ya que generalmente se asocia a la clase social con los
valores, se supone, o la visión que se tiene es que la clase alta es no solo
rica en cuanto a dinero sino también rica en valores morales, lo que claramente esta película nos
deja en duda en ese aspecto y nos da a conocer otra realidad, diferente a la
que conocemos o a la que acostumbramos a asociar. Como familia había poca
comunicación y los padres trataban de resolver todos sus problemas, su falta de
cariño y comprensión con las cosas materiales, con regalos, cosa que aun se
puede apreciar en la actualidad…
Las terribles
contradicciones entre clases sociales son dolorosamente visibles desde el
primer momento, y aunque en algún punto parece posible la amistad pura entre
dos niños, el uno acomodado y el otro de escasos recursos, el delgado hilo
termina por romperse, incapaz de resistir el peso de esta desigualdad.
La cultura popular es la que
mas da para hablar, ya que es la que mas se ve reflejada en la película.
Características que se pueden ver son, por ejemplo, la capacidad para
ingeniárselas y así poder salir adelante con lo que tienen, lo que se ve en el
comercio que tenía un “tío” de Machuca vendiendo banderas en 2 marchas
totalmente opuestas.
A
través de esta película nos podemos dar cuenta de cómo es nuestra identidad,
esta se enmarca a un lenguaje verbal y visual muy directo con el que se
muestran una serie de características que los países latinoamericanos tienen en
común, entre ellas el rechazo a lo mestizo y la sobre valoración de la
estética.
Esta es una de las verdades
incómodas de Latinoamérica, una herida que sigue sin sanar; fenómenos sociales
propios de la disparidad étnica y económica, herencia de los tiempos coloniales
y, modernamente, consecuencia de la asfixiante publicidad que impone modelos
inalcanzables de felicidad basada en el bienestar meramente material. Las brechas sociales separan a los seres
humanos en nuestros países; los prejuicios raciales, la xenofobia, el egoísmo y
el conservadurismo nos han llevado a avergonzarnos de nuestra propia identidad
mestiza, de nuestros nombres y apellidos, de unas irrepetibles características
culturales que no se desarrollan ni aprovechan, porque se señalan con el dedo
como defectos y nos impiden identificarnos con el otro para darle la mano y
tomar la que nos ofrece. (Silvana Tapia: “Machuca, las cicatrices de
Latinoamérica)
En definitiva nos
encontramos ante una buena película, entretenida y a la vez dramática, que sin
ninguna pretensión nos enseña un poco de historia, y nos sirve para reflexionar que todos somos
iguales en la sociedad como personas y como parte de ella, también nos recuerda
que todos somos iguales, no importa donde nazcamos.
Bobliografia
http://www.lunasazules.com/2009_10_01_archive.html
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